El fomento de las relaciones humanas y la vida asociativa es fundamental por tres motivos. En primer lugar, es el ingrediente clave del sentimiento de pertenencia hacia la organización y la seña de identidad del voluntariado de Cruz Roja:

Es formar parte de una pequeña familia, para mí son los míos” (…) Cada vez que me pongo el uniforme es como que sientes algo”. [H. 18-30, + 4 años en CR]

Por otra parte, los espacios de relación no formal abren la puerta al intercambio de ideas y dinámicas que bien podrían equipararse a las que se viven en los órganos de gobierno. Se trata de espacios en los que voluntariado de distintas localidades se plantean problemas y soluciones, con espíritu de mejora. Además, que esto se realice en un contexto no formal propicia que aquellas personas que podrían tener cierto reparo a tomar parte en espacios formales de gobierno comiencen a experimentar lo potencialidad de la reflexión compartida.

Todas las pequeñas asambleas de alrededor nos juntábamos una vez al año para hacer este año un concurso de primero auxilios, este año un campeonato deportivo… Y compartíamos un poco las quejas y, sobre todo, más que compartíamos las quejas, te informabas de cómo funcionaba el de al lado. Entonces, al saber cómo funcionaban en otro sitio podías quejarte con papeles a los de arriba para exigir: “Pues si aquí lo están haciendo, yo también lo quiero hacer así” y la interrelación entre asambleas, entre incluso la misma provincia, de sitios de alrededor, yo creo que enriquece muchísimo y, ahora mismo, como está organizada la Cruz Roja, para mí está como cada vez, aunque dicen que no, yo cada vez la veo más centralizada. [H. 30-50 años, +4 años en CR]

Por último, la vida asociativa se convierte en un espacio donde se autorregulan los distintos fallos que haya podido existir en las fases de acogida, incorporación y participación del voluntariado.

Todo el mundo lo hacía en cuatro horas, luego en dos, luego acabó en una entrevista y luego ha acabado con que te leas cuatro cosas de la página web. Tú, si te tocaba un buen formador institucional que te explicaba qué era Cruz Roja y cómo funcionaba, entendías las cosas, luego a lo mejor no te acordabas, pero te lo habían explicado y luego cuando venían elecciones te acordabas de lo que te habían dicho y dependía mucho de quién te recibiera en la casa al principio. (…). Yo creo que esa pérdida del contacto tú a tú con alguien que sabe cómo funciona hace que la gente conozca y eso se ha perdido, por lo menos en los últimos años, se ha perdido muchísimo porque se hace una entrevista como mucho o una formación online: “Rellena este cuestionario. [H. 30-50, + 4 años en CR]

Así, se trata del espacio en el que se obtiene información por parte de otros compañeros y compañeras sobre órganos de gobierno y proceso electoral. Además, y esto es especialmente relevante, también es un espacio donde se forjan relaciones personales que, cuando el sistema falla en términos de difusión y movilización de candidaturas, sirve como bolsa desde la que identificar a perfiles que podrían conformar un Comité.

Nosotros entramos justitos, la técnica nos llamó uno por uno: “Oye, que necesitamos montar un comité” y nos presentamos, obviamente si hubiera otra candidatura de socios o voluntarios pues sería totalmente legítimo y competiríamos en igualdad, pero la verdad es que no se presenta nadie (…) esto es un problema serio. [H. 25-40, OG, + 4 años en CR]

(…) Se le propone o se promueve o se intenta convencer o a veces se tira un poco más de la gente que lleva tiempo simplemente por confianza. [M. 25-40, OG, + 4 años en CR]

Sin embargo, es importante prestar atención al último elemento, el de la vida asociativa como bolsa de posibles candidatos y candidatas. Este aspecto puede constituir un peligro, en tanto en cuanto no todo el voluntariado tiene las mismas posibilidades de forjar relaciones y posicionarse en dicha bolsa. Sabemos que existe una tendencia entre los hombres a acudir a estos lugares, en tanto en cuanto una de las motivaciones principales de su participación en Cruz Roja es el establecimiento de una red social. En este sentido, debemos tener en cuenta que potenciar esta vida asociativa sin hacer esfuerzos porque las mujeres tomen parte de ella en igualdad de condiciones perpetuaría el que los hombres fuesen identificados a través de esta bolsa informal de candidatos en mayor medida que las mujeres, ofreciéndonos una distribución hombres-mujeres en los comités diferentes de la distribución que encontraríamos entre el voluntariado.

Además, es importante distinguir que existen dos niveles de relaciones humanas. Por un lado, encontramos las redes que se generan en los ámbitos locales, comarcales e insulares mientras, por otro, están las redes formadas por aquellas personas que ya se sitúan en una situación de poder y son capaces de observar la realidad y relacionarse en un nivel provincial o autonómico. Estos espacios de segundo nivel consolidan las relaciones ya existentes y, además de ser de difícil acceso para las mujeres, lo son especialmente para las personas jóvenes. Esto se debe a la asociación, en ocasiones errónea, de la edad y la trayectoria. Este elemento, la trayectoria, que como hemos visto anteriormente es determinante a la hora de acceder a los órganos de gobierno, se asume, en ocasiones erróneamente, como propia de las personas de más avanzada edad, lo que hace que el voluntariado joven tenga más dificultades para ser invitado o propuesto para participar en estos espacios de segundo nivel.

Todo esto podría explicar por qué existe una mayor presencia de mujeres y jóvenes en los órganos de gobierno a nivel local, comarcal e insular: ambos perfiles tienen más posibilidades de participar en la vida asociativa de sus entornos inmediatos lo que, a su vez, les permite posicionarse como posibles miembros del comité.

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